Las monedas pierden poder de fuego como arma en el actual comercio mundial

                                                            Divisas El ABC 20.08.15

Cuanto más integrados están los países en la economía global, menor es el efecto que puede tener cualquier modificación en el tipo de cambio sobre sus exportaciones


Cuando la semana pasada el banco central de China hizo las dos mayores devaluaciones del yuan desde los noventa, muchos proclamaron el regreso de las «guerras de monedas» que caracterizaron a la economía global desde la crisis financiera de 2008.
Pero si bien la medida de Beijng provocó una respuesta política predecible de parte de los veteranos guerreros cambiarios en Washington y otras capitales, ignoró lo que muchos economistas ven como un hecho cada vez mejor documentado: que las monedas ya no son el arma de comercio que solían ser.
En un nuevo estudio de 46 países incluyendo China, los economistas del Banco Mundial señalan que las devaluaciones en estos momentos son una herramienta para impulsar las exportaciones pero la mitad de eficaz comparado con mediados de los noventa.
Además, esos mismos expertos indican que cuanto más integrados están los países en la economía mundial, menor es el efecto que puede tener cualquier modificación en el tipo de cambio sobre sus exportaciones.
Para países como China que debilitaron su moneda en busca de una ventaja competitiva en el comercio mundial, hay una «distinción entre la percepción del impacto de una depreciación y el verdadero impacto que puede tener una depreciación», señaló Michele Ruta, uno de los autores del estudio. La realidad hoy es que años de datos muestran que el impacto probablemente sea mucho menor que el que solía tener.
Hay una serie de razones que lo explican. Pero la mayor, aseguran Ruta y sus colegas, es la llegada de las cadenas de abastecimiento globales en las últimas dos décadas y el hecho de que muchos productos hoy son aglomeraciones de componentes fabricados en muchos países diferentes.
El resultado es un cálculo mucho más complejo para muchas economías como la china y para productos que se convirtieron en necesidades de la vida moderna.
Las monedas más débiles aún bajan el costo y, por lo tanto, elevan la competitividad internacional de muchas exportaciones de bienes si bien sube el costo de las importaciones.
Para algo tan simple como una botella de shiraz australiano extraído de uvas cultivadas en los viñedos sobre el Río Margaret, se mantiene esa realidad. Un dólar australiano débil bajará el costo de la botella exportada y la hará más atractiva para los consumidores extranjeros. También elevará el precio de las importaciones de vinos provenientes de sus rivales franceses o chilenos, lo que brindará otro impulso a la industria local.
Pero para los productos más complejos, como muchos artículos electrónicos ensamblados en China, el verdadero impacto es mucho más difícil de calcular.
En el caso de un smartphone, por ejemplo, la pantalla quizás se importó desde Japón y el chip provenga de Corea del Sur, mientras que otros componentes vienen del sudeste asiático, Europa y hasta Estados Unidos. Por lo tanto, aún cuando un yuan más débil en teoría baja el precio internacional del producto terminado también eleva el costo de las partes importadas.
Por esa razón los economistas especializados en comercio empezaron a observar quién recibe las verdaderas ganancias «de valor agregado» proveniente de los productos. Donde sea que uno compre un iPhone diseñado en California y ensamblado en China con partes de todo el mundo, la mayoría de las utilidades van para Apple no para Foxconn, el ensamblador taiwanés o sus empleadores en China continental.
Sin embargo, pese al giro en la economía global, en el caso de China hay una razón por la que sus exportadores pueden ganar más que antes con una moneda débil.
La intensidad de las importaciones chinas cuántas de las exportaciones estuvieron fabricadas con componentes importados cayó drásticamente en muchas categorías en la última década. China amplió sus propias cadenas de abastecimiento locales, factor que los economistas citan como una razón que explica el menor crecimiento del comercio mundial en los últimos años.
Pero más allá de China, la realidad es que hasta las grandes devaluaciones ayudaron poco a las exportaciones.

 Shawn Donnan
http://www.cronista.com/financialtimes/Las-monedas-pierden-poder-de-fuego-como-arma-enel-actual-comercio-mundial-20150820-0019.html

 

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