NewsLetter Nro. 36 Julio 2017

 

Newsletter Mensual Nro. 36 Julio 2017
24 de Agosto

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Cultura, civilización y riqueza

                   

“Hasta tal punto son más fuertes los vicios del sistema, que la virtud de los que lo practican”.
Voy a volver sobre un tema que me preocupa y que parece permanente. Me refiero a la confusión presente que existe respecto la determinación de los factores que determinan la pobreza, la riqueza y la libertad. Esa confusión a mi juicio reside en la pretensión de que la libertad y la riqueza dependen de la cultura y de la moral. Nada más falaz en la historia de esas premisas, a partir de las cuales se deriva la práctica imposibilidad de alcanzar la riqueza y la libertad en los países subdesarrollados.

De acuerdo al Diccionario de la Lengua Española la definición de cultura es la siguiente: Cultura: “1) Cultivo; 2) Culto, homenaje reverente que se tributa a Dios y 3) Resultado o efecto de cultivar los conocimientos humanos y de afirmarse por medio del ejercicio las facultades intelectuales del hombre”. Y The American Heritage Dictionary of the English Language: Cultura: “El cultivo del suelo…Crianza de animales, o crecimiento de plantas; Formación social e intelectual; Creencia en las instituciones; Actividad intelectual y artística; La totalidad de patrones de comportamientos trasmitidos socialmente”.
El primer país que comenzó el proceso de libertad y de creación de riqueza fue Inglaterra. País que en el cual en la época de los Tudor y años después era uno de los más pobres de Europa. Y como dice David Hume en su Historia de Inglaterra: “Los ingleses en aquella época estaban tan totalmente sometidos, que como los esclavos del Este, estaban inclinados a admirar aquellos actos de violencia y tiranía que eran ejercidos sobre ellos mismos y a sus propias expensas”.
Ante esa realidad prevaleciente era difícil prever un primer encuentro con la civilización, y tal fue lo que comenzó en Inglaterra con la Glorious Revolution de 1688, bajo la dirección fundamental de las ideas de John Locke, quien hasta ese entonces no podía vivir en Inglaterra pues se había declarado a favor de la libertad, la necesidad de limitación del poder político, y el respeto por los derechos de propiedad. Fue en Inglaterra donde se produjo inicialmente la llamada revolución industrial a la cual Weber consideró el resultado del protestantismo. Y entonces queda la pregunta: ¿Por qué no fue en Alemania, la tierra de Lutero donde se produjo el desenlace de la libertad? Desde otro punto de vista debemos recordar que el Anglicanismo es Catolicismo sin el Papa y con el monarca de Inglaterra. Por ello en Inglaterra no había libertad religiosa que ha sido un principio fundamental de la libertad en el mundo y que está predicho en el cristianismo: “Dar al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”. En Inglaterra exitía The Court of the High Commission, que cuplía las funciones de la Inquisición en Roma. Y así lo reconoció Locke cuando dijo en su Carta Sobre La Tolerancia: “¿Quién puede ir al cielo con una religión en la que no cree? Y Adam Smith escribió: “Habrá libertad religiosa donde haya multiplicidad de sectas”.

Fue precisamente en razón de que no había libertad en Inglaterra que los pilgrims emigraron a Estados Unidos. Y eran multiplicidad de sectas. Pero igualmente cuando llegaron pusieron la propiedad en común y consiguientemente se morían de hambre. Fue entonces en Estados Unidos donde se llevó a cabo el desarrollo de la libertad y consiguientemente de la creación de riqueza, a través del sistema creado por los Founding Fathers, The Rule of Law. Pero igualmente al respecto debemos tener en cuenta la dificultad que tuvieron para lograrlo, tal como lo describe Cathering Drinker Bowen en su The Miracle of Philadelphia. Por ello Adams dijo: “Le tengo más miedo a las posibilidades de gobernarnos nosotros mismos, que a todas las flotas extranjeras del mundo”.

Y ese sistema se basó fundamentalmente en el reconocimiento de la naturaleza humana, tal como lo había previsto David Hume cuando escribió: “Es imposible corregir algo material en nuestra naturaleza. Lo más que podemos hacer es cambiar nuestras circunstancias y situación”. Y siguiendo esa sabiduría James Madison escribió en El Federalista: “Si los hombres fueran ángeles no sería necesario el gobierno. Si los ángeles fueran a gobernar a los hombres, no serían necesarios ni internos ni externos controles sobre los gobiernos. Al formar un gobierno que va a ser administrado por hombres sobre hombres la gran dificultad yace en esto: se debe primero capacitar al gobierno para controlar a los gobernados; y en segundo lugar obligarlo a controlarse a sí mismo”. Estos principios fueron aplicados en la Constitución de 1787 y se desarrolló el sistema que le permitió a Estados Unidos en cien años ser la primera economía mundial.

Estos principios, pues, no partieron de la cultura anglosajona y por tanto son aplicables al mundo entero. Fue así que a partir de la Constitución de 1853-60 que la Argentina se convirtió en el segundo país del mundo en aplicar el sistema que permitió la libertad y la creación de riqueza por primera vez en la historia. Por ello dio un salto cósmico y pasó a ser de uno de los países más pobres del continente en la sexta economía mundial a principios del siglo XX.

Lo expuesto anteriormente es la prueba contundente que no ha sido la cultura la determinante de la libertad sino la aceptación de los principios que la determinan. Y ello en Argentina se debió a la llamada generación del ‘37 formada por Alberdi, Sarmiento, Mitre y Urquiza. Y fue la unión de las ideas y la acción las que determinaron ese proceso. Y no olvidemos que de no haber sido por Urquiza que aceptó las ideas de Alberdi y pactó con Mitre en el acuerdo de San Nicolás de los Arroyos, la Argentina no existiría. Y lamentablemente esa disposición le costó la vida. Pero por favor aprendamos de la historia y reconozcamos los principios que le permitirán a la Argentina volver a ser.

Al respecto recordemos dos preceptos de Alberdi hoy presentes: “Hasta aquí el peor enemigo de la riqueza del país es la riqueza del fisco”. Y “La propiedad, la vida, el honor son bienes nominales cuando la justicia es mala” Es decir no la cultura sino la civilización”.

Armando Ribas – julio 2017
Abogado, profesor y periodista

http://www.libertadyprogresonline.org/2017/07/03/cultura-civilizacion-y-riqueza/
Nota Completa:
http://monitorbursatil.com/2017/07/cultura-civilizacion-y-riqueza/

 

“EL CAPITAL EN EL SIGLO XXI” CRÍTICA DESDE UNA PERSPECTIVA HETERODOXA
aduser

El Capital en el Siglo XXI de Thomas Piketti, es sin lugar a dudas un libro muy singular pues ha logrado casi desde su aparición algo verdaderamente insólito: constituirse como todo un “boom” en ventas tratándose de una obra de economía.

Tiene como tema central el análisis de la desigualdad en la evolución del capitalismo desde una perspectiva histórica llegando a la conclusión de que éste crea necesariamente una mayor desigualdad por cuanto a largo plazo la tasa de retorno del capital (r) supera a la tasa de crecimiento económico (g).

Evidentemente el libro El Capital en el Siglo XXI constituye un aporte sumamente valioso por cuanto explica el problema de la desigualdad en el capitalismo de una forma bastante clara y persuasiva, realiza análisis empíricos con una data extraordinariamente amplia que en algunos casos parte del siglo XVIII, y propone interesantes medidas para reducir la concentración de la riqueza tales como los impuestos a la herencia, impuestos progresivos sobre los ingresos e incluso un impuesto global sobre la riqueza.

“El Capital en el Siglo XXI” quiere emular a “El Capital” del siglo XIX, escrito por Karl Marx. No obstante, hay una gran diferencia entre la obra de Marx y la de Piketty pues mientras la primera es una obra de tremenda profundidad teórica, la segunda no llega a ese nivel.

Pero definitivamente no es un libro de profundidad teórica. En la misma línea de lo anterior, tenemos que otra gran deficiencia de la obra de Piketty es que abusa de la extrapolación y llama “Leyes Fundamentales” a meras regularidades empíricas. Está bien que estas regularidades se den en un tramo de tiempo bastante amplio, pero el pasar a llamarlas “leyes” es exceder lo epistemológicamente justificado, más aun considerando que Piketty se centra más en el análisis histórico que en la estructuración teórica.

Ahora bien, lo interesante es que Piketty formula “leyes” pero no llega propiamente a explicarlas sino que únicamente las ilustra con ejemplos históricos y da ciertos motivos de plausibilidad. Piketty no llega a desentrañar cuál es la estructura subyacente a las regularidades empíricas que encuentra. ¿Y cuál es esa estructura subyacente? Pues las relaciones de poder implicadas en la organización social de toda producción capitalista. Piketty simplemente no llega a pensar a profundidad este punto.

Esto puede verse desde ya en su definición misma de capital, concibiéndolo meramente como un objeto y no como la manifestación de un proceso social.

Tampoco es necesario ser marxista para aceptar este punto porque, sin necesidad de postular que esto se estructura en términos de la consabida “lucha de clases” del materialismo dialéctico, es evidente que las relaciones de poder entre los grupos e individuos son constitutivas del proceso económico mismo. En ese mismo contexto, tenemos que si bien Piketty se pronuncia en contra de la creciente concentración de riqueza a partir de los 70, no habla mayormente de la profunda reestructuración global llevada a cabo por medio del neoliberalismo a partir de esta época con el proceso de privatizaciones.

Simplemente no critica las privatizaciones. Y esa es una falta importante porque como resultado de esa privatización, muchas de las cosas que se esperaba fueran servicios públicos se han convertido en monopolios que generan rentas extraordinarias para quienes ya eran los más ricos.

Y no sólo eso: Piketty no analiza a fondo, sino simplemente menciona, una cuestión tan fundamental para el problema que está tratando como es el que los grupos de poder económico puedan controlar a los grupos de poder político para asegurar y expandir su riqueza. La corrupción en Wall Street, el fraude de las hipotecas, las estructuras de lobby, la presión por la desregulación bancaria, el papel de las calificadoras de riesgo, la falta de sanciones a quienes estuvieron implicados en la generación de la crisis: nada de esto halla suficiente eco en la obra de Piketty.

No obstante lo anterior, los medios de comunicación han entronizado a Piketty como “el mayor economista heterodoxo de nuestra época”. Pero eso simplemente es falso pues si bien Piketty hace una crítica del capitalismo, el esquema teórico desde el que la hace es compatible o al menos no rompe con la teoría económica ortodoxa.

La muestra más clara de ello está en cuando trata la “Controversia de los dos Cambridges”. Siendo este el debate teórico tal vez más importante que ha habido entre economistas ortodoxos y heterodoxos en el pasado siglo, nos encontramoscon que Piketty le dedica sólo tres páginas.

Pero eso no es lo peor. Lo peor es que Piketty ni siquiera está bien informado de cuál era el objeto mismo de la controversia. Él cree que el punto de controversia era si en el modelo de Solow el crecimiento seguía una trayectoria estable o no y llega a decir que el debate finalmente lo ganaron los economistas ortodoxos, entre los que estaba Solow. Pero eso demuestra una ignorancia absoluta al respecto.

El punto de controversia entre los dos Cambridges fue precisamente sobre una noción absolutamente central en la teoría de Piketty: el capital. Lo que planteaba la heterodoxa Joan Robinson es que no había forma coherente de medir el capital dentro del esquema neoclásico y al final los propios economistas ortodoxos aceptaron la derrota (véase Solow y su reducción de la teoría neoclásica a meras “parábolas”).

¿Cómo es posible que “el mayor economista heterodoxo de nuestra época” ignore esto? Pero no se trata aquí de desestimar toda la obra de Piketty. Obviamente se trata de un gran aporte, como ya hemos dicho. Pero se ha inflado tanto la “burbuja Piketty” que el desinflarla un poco resulta “justo y necesario”.

Dante A. Urbina – Julio 2017
Universidad Complutense de Madrid

http://elherejeortodoxo.blogspot.com.ar/2014/11/el-capital-en-el-siglo-xxi-resumen-por.html

Nota Completa:
http://codigoinversor.com/2017/07/el-capital-en-el-siglo-xxi-critica-desde-una-perspectiva-heterodoxa/

Cómo Xi y Trump pueden hacer un verdadero progreso en Corea del Norte
Aduser

Los presidentes Xi y Trump tienen varias cosas en común: ambas profesiones derivadas de sus padres les dieron ventajas naturales. (El padre de Xi Jinping, el héroe revolucionario Xi Zhongxun, ayudó a construir el Partido Comunista de China, Donald Trump heredó una fortuna y un negocio inmobiliario de su padre, Fred.)

Xi y Trump perciben el mundo en términos de suma cero. Y ambos favorecen la coerción sobre el consenso.
Pero, en la mayoría de los aspectos, Trump golpeó el liderazgo chino como una rareza, y, tan pronto como se convirtió en presidente, los líderes chinos comenzaron a leer sus libros en busca de pistas para su pensamiento. De “The Art of the Deal” concluyeron, entre otras cosas, que las demandas teatrales de Trump son sólo un instrumento de negociación.

La lectura de los líderes chinos dio sus frutos. Cuando Trump y Xi se reunieron por primera vez, en Mar-a-Lago, en mayo, Xi estaba advertido de las bravatas de Trump, incluida su revelación, durante el postre, de que Estados Unidos estaba a punto de disparar misiles contra Siria. Xi logró manejar Trump. Trump no hizo ninguna mención de aranceles o guerra comercial; Él proclamó “una gran química-no es imprescindible, pero es importante” y saludó a Xi como un “hombre muy bueno” con una “esposa increíblemente talentosa.”

Trump, como muchos, había mirado a la genial media sonrisa de Xi y sucumbió a la mala interpretación de que ellos estaban de acuerdo. Un editor chino en Pekín me dijo una vez, de Xi, “Él es redondo en el exterior y cuadrado en el interior; parece flexible, pero por dentro es muy duro”.

Xi, por su parte, no se molestó en retribuir la efusión de emoción de Trump. Aunque Trump afirmó que tendría éxito en persuadir a Xi de ahogar el comercio de Corea del Norte, como una forma de frenar su programa nuclear. (Trump twitteó, “Tengo gran confianza en que China acodara con Corea del Norte.”)

Como era de esperar, el romance unidireccional resultó frágil. La semana pasada, después de que Trump se diera cuenta de que Xi no iba a presionar a Pyongyang, la Casa Blanca anunció sanciones contra entidades chinas acusadas de ayudar a los programas de armas de Corea del Norte. La Administración también anunció una venta de armas por un valor de 1.400 millones de dólares a Taiwán, trasladó los buques de Estados Unidos a aguas disputadas en el Mar de China Meridional y actualizo las amenazas sobre aranceles y una guerra comercial.

Desde entonces las cosas empeoraron. El 4 de julio, el líder norcoreano Kim Jong-un dirigió personalmente el lanzamiento de prueba del primer misil balístico intercontinental del país. Kim cruzó desafiante una línea roja de facto que Trump había dibujado en enero, cuando él dijo que tal prueba “no sucederá.” Para la mayoría de los presidentes, el fracaso público de un pilar central de la política exterior sería humillante, pero Trump está desconectado de los detalles de la diplomacia, y dirigió su frustración, a través de Twitter, hacia China: “¡Nos esforzamos para que China trabajara con nosotros… pero tuvimos que darle una oportunidad!”

Ahora los Estados Unidos y China pueden, en teoría, iniciar el verdadero trabajo de forjar una respuesta a la crisis coreana. John Delury, un experto en Corea del Norte de la Universidad de Yonsei, en Seúl, me dijo: “Desafortunadamente, los lazos de Xi con Kim Jong-un son tenues, y por lo tanto, Beijing no es muy útil para conducir a Pyongyang o facilitar la diplomacia. Trump, por su parte, parece estar dándose cuenta que la idea de que China pueda resolver el problema de Corea del Norte para él, esta lejos, lo cual es una marca de progreso en su curva de aprendizaje”.

En la reunión del G-20 en Hamburgo esta semana, la atención mundial se centrará principalmente en la reunión de Trump con Vladimir Putin. Pero la reunión de Trump con Xi tendrá una relevancia más inmediata al tratar con la crisis de Corea.

En un artículo publicado el jueves en el Washington Post, Jake Sullivan y Víctor Cha, asesores de política exterior de las administraciones de Obama y Bush, respectivamente, propusieron un nuevo enfoque para que China se comprometiera en congelar las pruebas de misiles de Corea del Norte.

En vez de amenazar a Corea del Norte con cortar el comercio, proponen, compensarla para que corte las pruebas de misiles. “El comercio básico serían los desembolsos chinos a Pyongyang, así como las garantías de seguridad, a cambio de restricciones en el programa de Corea del Norte… Si Corea del Norte engaña, China no estaría recibiendo lo que pagó. Lo lógico sería que retenga los beneficios económicos hasta que se reanude el cumplimiento”. The Times expuso una idea similar en un editorial propio esta semana.

Esta solución no es una bala de plata, pero, en la “tierra de las opciones malas”, como los diplomáticos llaman el problema de Corea del Norte, es tan buena como cualquiera, en parte porque no descansa en una falsa comprensión de la otra parte.

La relación entre Xi y Trump, líderes de las dos economías más grandes del mundo, un poder creciente y una potencia enmarañada, esforzándose por coexistir, bien podría ser el enlace diplomático más consistente de su tiempo.
Ambos lados están hablando, pero ninguno realmente entiende el otro.

Evan Osnos – July, 2017
Evan Osnos joined The New Yorker as a staff writer in 2008, and covers politics and foreign affairs.
The New Yorker

Nota Completa:
http://inversionesalacarta.com/2017/07/como-xi-y-trump-pueden-hacer-un-verdadero-progreso-en-corea-del-norte/

Retos del periodismo en el posconflicto

ADUSER · 13/07/2017

 

Luego de la firma de la Acuerdos de Paz con las Farc y la posterior entrega de armas de parte de sus integrantes, es claro que una de las cosas que debe cambiar en Colombia, es la manera en cómo el periodismo ha narrado los hechos y situaciones que tiene que ver con la confrontación armada.

El periodismo en Colombia durante el tiempo en que las Farc enfrentaron al Estado con las armas, informó sobre el número de muertos de cada acto de guerra o de algún hecho violento que se presentaba, y pocas veces evidenció la realidad social de los territorios en nuestro país, y más bien se dedicó a servir de vehículo de discursos políticos de distintos matices, que se agredían y se acusaban verbalmente, creando un panorama más confuso.

Hoy cuando la paz con las Farc es un hecho irreversible, a los medios de comunicación en Colombia se les presenta un reto enorme: ejercer un periodismo sin incentivar la polarización política que se ha dado en el panorama en nuestro país. Contar como son los diferentes territorios que durante décadas fueron abandonados por el Estado y que fueron dominados por la ilegalidad, donde el Gobierno Nacional debe hacer grandes inversiones, tanto en infraestructura, como en lo social, para evitar que una vez más sean ocupados por otras estructuras al margen de la ley.

Hasta hace unos años los periodistas se circunscribían a lo que decía un jefe de prensa del Ejército, ministerio de Defensa o de algún comunicado de la presidencia de la República. Hoy poco a poco se le ha dado espacio a voces de la sociedad civil, y aunque la idea de darle oportunidad a una tercera voz en la opinión pública, ha calado, aún falta mucho por hacer en este sentido.

Durante mucho tiempo Colombia ha vivido una situación de orden público bastante complicada, no solo por la presencia de las Farc, el Ejército de Liberación Nacional – Eln y Reductos del Ejército de Liberación Popular –EPL, sino además por la presencia de la fuerzas de extrema de derecha, hoy agrupadas en las llamadas bandas criminales – bacrim, y organizaciones dedicadas al narcotráfico, actor que de una u otra forma ha estado relacionado con las anteriores.

En este orden de idea, el periodismo debería ser un elemento vital a favor del colombiano del común, sin embargo esto no muchas veces se cumple, en parte porque muchos periodistas informan desde Bogotá, cuando los hechos que tienen que ver con la guerra, se libra en municipios y veredas, y quienes ejercen el oficio en lo local, muchas veces no se atreven a hacerlo con el rigor necesario, en primer lugar porque conviven con el actor ilegal de vecino, y temen por sus vidas y en el peor de los casos, porque de una u otra forma han decidido hacer parte del conflicto, de manera pasiva, pero cohonestando con alguno de los grupos armados.

Otro factor que ha impedido que en los últimos años, el periodismo en Colombia aborde los temas del conflicto armado a profundidad, es el ingreso de las redes sociales en la vida cotidiana del ser humano.

La agenda política ha influido al periodismo en Colombia:
Desde comienzos del Siglo XXI dejó de existir la tesis general de que los medios de comunicación reflejan la realidad de algún hecho o acontecimiento importante en cualquier lugar del mundo, mucho menos si se trata de un conflicto armado.

A partir de un tiempo para acá se acepta que los medios de comunicación asuman una posición que ayuda a alimentar el conflicto o por el contrario a bajar la tensión, cuando se brinda una cobertura que va más allá del campo de batalla. Esto ocurre desde el momento en que se hace más difícil acceder al lugar de los hechos, porque al hacerlo se tiene la tendencia a ser estigmatizado, bien sea por la desconfianza de una de las partes o porque a ambas les interesa que se muestren las cosas de acuerdo a sus intereses y no tanto a la verdad.

Esto hace que la veracidad, la distancia crítica y la honestidad sean las primeras sacrificadas de la guerra. Mientras tanto aquellos periodistas que asumen una distancia crítica para informar acerca cómo se lleva la guerra son acusados de traidores o apátridas.
En Colombia la agenda periodística es prisionera de la política de nuestro país, quien ha impedido que se trabajen los temas a profundidad como debe ser.

Un claro ejemplo de lo anterior es la manera como desde el periodismo se abordó los temas que se discutieron a lo largo del proceso de paz en la Habana – Cuba. Según el director de la Fundación Paz & Reconciliación León Valencia, “la agenda del debate público del proceso de paz, fue manejada desde el uribismo, no porque los medios de comunicación sean uribistas, sino porque fue este sector quien puso la agenda, dominando la temática de cubrimiento que se limitó a cárcel o no cárcel para las farc y participación política, cuando La paz de Colombia pasa por los temas de narcotráfico, reforma al agro, verdad, justicia, reparación, asuntos bastante complejos que los medios de comunicación no supieron abordar”.

La consecuencia de este hecho, es que el 2 de octubre triunfó la narrativa de que el Acuerdo de Paz era beneficioso para las Farc, por encima de lo que beneficiaba al país.
Desde el periodismo no se puede continuar abordando un tema del conflicto armado, siguiendo el discurso de algún actor político llámese Gobierno u oposición.


http://www.pares.com.co/mafias-y-conflicto/retos-del-periodismo-en-el-posconflicto/

Nota Completa :
http://elabcfinanciero.com/2017/07/retos-del-periodismo-en-el-posconflicto/

Cómo Blockchain puede identificar sin error y sin posibilidad de modificación

Los refugiados que huyen de las zonas de conflicto de todo el mundo tienen que lidiar con dificultades como enfermedades, el hambre, el agotamiento y el choque cultural. Tienen que mantener a sus familias juntas y encontrar refugio y comida en ambientes seguros lejos de lo que los llevó de sus hogares.

En medio de todo esto, preocuparse por su identidad económica no suena como si fuera importante para los refugiados. Lo mismo ocurre con los extremadamente pobres, cuyo día a día el enfoque es probable que se encuentre en el cumplimiento de las necesidades básicas como la comida o el agua.

Sin embargo, según Ashish Gadnis, cofundador de una plataforma de blockchain de identificación digital llamada BanQu, el establecimiento de una identidad económica es fundamental para salir del ciclo de la pobreza.

En una conversación conjunta con Jane Barrat, fundadora de una herramienta de cartera de inversiones en línea llamada GoldBean, Gadnis explicó por qué la identidad económica es crucial para acabar con la pobreza extrema y cómo la tecnología puede ayudar.

BanQu define la identidad económica como “el matrimonio de la identidad y el comercio, resultando en un activo global, controlado y manejable”. En el mundo desarrollado, nuestras identidades económicas son monitoreadas constantemente, y están estrechamente vinculadas a nuestra capacidad para realizar transacciones en nuestras vidas diarias.

Bancarizar a los inbancarizables

Pero ¿qué pasa con las personas que no sólo no tienen un buen historial de crédito, sino que no tienen un historial de crédito?, de hecho, a los efectos de los mercados financieros, ni siquiera existen.

“Si eres un campesino pobre que está proporcionando granos o café en una gran cadena de suministro, nadie conoce al agricultor”, dijo Gadnis. “Aquí es donde la tecnología puede importar, porque puede permitir que el agricultor participe igualmente en la transacción”.
Muchos programas de ayuda alrededor del mundo trabajan simplemente dando dinero a los pobres, con la idea de que una vez que la gente pueda dejar de preocuparse por las necesidades básicas como alimentos, agua o refugio, pueden cambiar el enfoque a su bienestar a largo plazo.

Eso es un comienzo, pero ¿qué sucede cuando esas mismas personas -personas que nunca han tenido una transacción registrada con la cadena de suministro más grande- van a abrir una cuenta bancaria o tratan de sacar un préstamo para un nuevo negocio? Ellos encuentran que están completamente desconectados de la economía global y por lo tanto son impotentes incluso para administrar sus propios activos.

BanQu estima que 2.700 millones de personas en todo el mundo son “no bancarizadas”, lo que significa que carecen de una identidad económica. Pero de esos 2,7 mil millones, el 60 por ciento tiene teléfonos móviles. La plataforma de BanQu permite a las personas usar una aplicación para establecer un perfil de identificación digital donde pueden registrar transacciones como compras remotas, billeteras de ahorro y desembolsos de efectivo, así como registros de propiedades, salud y educación.

Soluciones con blockchain

BanQu afirma que su plataforma permite a la gente “construir una identidad reconocible, verificable, que es el prerrequisito base para participar en cualquier forma de propiedad o transacciones en la economía global”.

Los datos de usuario se almacenan en la cadena de bloques (blockchain) de BanQu. Dada la naturaleza ampliamente distribuida y sensible de los datos de los usuarios, la tecnología blockchain proporciona ventajas críticas sobre los registros centralizados tradicionales.
Gadnis reconoció que, si bien BanQu está dando grandes pasos para permitir que los pobres participen en igualdad de condiciones en la economía, no se trata de tecnología; hay patrones de comportamiento más profundos que tendrán que cambiar antes de que la igualdad económica se convierta en una realidad.

Si bien será más complicado superar las normas culturales arraigadas que dañan la vida financiera de las personas, dar a esas personas una forma de poseer sus propios datos es un paso importante.

“La gente necesita estar conectada a la cadena de suministro, no recibir más dinero”, dijo Gadnis. “Ese es el verdadero valor para sacar a la gente de la pobreza”.

Vanessa Bates Ramirez – Junio 2017
Vanessa is associate editor of Singularity Hub. She’s interested in renewable energy, health, the developing world.

Nota Completa:
http://monitorbursatil.com/2017/07/como-blockchain-puede-identificar-sin-error-y-sin-posibilidad-de-modificacion/